Sobre como tener esperanza en tiempos de incertidumbre

Así como después de que termina la tormenta sale el sol, podemos pensar que un contexto adverso puede terminar. Teniendo en cuenta el concepto de transitoriedad, las cosas desagradables, negativas o incómodas terminan, finalizan en algún momento. La transitoriedad es un concepto que alude a lo pasajero e implica cambio, esto se ve en las distintas etapas de la evolución de la vida o también lo podemos observar de manera descriptiva en los ciclos de la naturaleza.

La flexibilidad es la capacidad para adaptarse con facilidad a las diversas circunstancias o acomodarse a las distintas situaciones o necesidades. Entonces: ¿cómo pensar esto en el contexto actual, en el cual, la incertidumbre es alta, en el que es difícil planificar a largo plazo? Tal vez, una opción para lidiar con la incertidumbre, podría ser comenzar a pensar en metas a corto y mediano plazo, en planes que sean posibles y realizables. Aquellos objetivos que no se puedan cumplir por la coyuntura actual, se podrían pensar a largo plazo, debido a los obstáculos del mismo contexto.
Así, podemos ver que varias personas en estos tiempos de cuarentena, pudieron realizar tareas a corto plazo cómo: acomodar su casa, reformarla, comunicarse con familiares o amigos con los que no hablaban hace mucho tiempo, le pudieron dar un lugar a un hobby pospuesto, o se animaron a probar algo nuevo. Otras metas cómo viajes u otros proyectos puede que hayan quedado postergados. Es por eso, que tener flexibilidad en este momento es indispensable para poder adaptarse. Ser resilientes implica poder adaptarse a los cambios.

Es decir, nos podemos adaptar a una situación nueva, ajustando nuestros hábitos y a la vez, podemos pensar en la posibilidad de un cambio, de acuerdo a la planificación que podamos hacer teniendo en cuenta los factores personales, pero también lo que estamos viviendo como sociedad. Hallar sentido en situaciones de gran incertidumbre es fundamental para mejorar nuestro bienestar. Encontrar este sentido de vida implica poder conectarnos con nuestros valores, nuestros gustos y nuestra identidad. 

Finalmente, pensar y tener una actitud positiva puede conectarnos con nosotros mismos,  lo que supone tener una perspectiva esperanzada sobre nuestro presente y nuestro futuro. 

Lic. Romina Giancristiano

www.psicologianordelta.com.ar

 

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